PANDA3

Los escritores e ilustradores de literatura infantil y juvenil agrupados en la plataforma Autors en Perill d’Extinció tienen un grave problema y, al menos de momento, han equivocado la solución. Sería muy fácil por mi parte ponerlos a bajar de un burro y callarme, pero también sería deshonesto. No pretendo sentar cátedra y no quiero solucionarle la vida a nadie –suficiente tengo con la mía y no estoy seguro de salir airoso-, en este artículo propongo una estrategia proactiva basada en acciones muy distintas a las emprendidas por los autores mencionados.

Los autores y editores parten de un punto de partida complicado. Empecemos haciendo un DAFO muy resumido:

Debilidades: están muy fragmentados y muy poco organizados. Excepto los grandes grupos, las editoriales del sector son medianas pero sobre todo pequeñas. Son dependientes de un sistema de distribución que no controlan y que, de hecho, nunca han hecho nada por controlar, porque circunstancialmente ya les era provechoso. También han sido históricamente dependientes de los clientes institucionales, hasta el punto que un porcentaje muy grande de su cuenta de resultados está dominado por ellos. Sus principales clientes institucionales han pasado a comprar la mitad, un tercio o incluso una cuarta parte de lo que compraban hasta hace poco.

Amenazas: su especialización puede dejar fuera a las más pequeñas porque carecen de la masa crítica suficiente para resistir periodos prolongados de bajos ingresos. La digitalización pone en cuestión su papel, pues cada vez más fabricantes de software invierten en productos infantiles educativos, muchas veces muy similares a un libro de literatura infantil convencional, mientras que los grandes grupos empiezan a ofrecer paquetes digitales cerrados, cuando no entornos educativos enteros. Las escuelas y AMPA disponen de herramientas como Bookint, una red social especializada en el intercambio de libros escolares –de texto, de lectura obligatoria y de lo que cada escuela y AMPA decida- de coste muy bajo y de alta rentabilidad que facilita todavía más la socialización.

Fortalezas: Su especialización es, a la vez, amenaza y fortaleza. Aunque la literatura infantil y juvenil no parece tener muchas barreras de entrada, el peculiar modo de distribución a las escuelas puede disuadir a nuevos actores –aunque eso dejará de ser así ahora que el modelo de distribución entra en crisis. Poseen, tanto autores como editores, un conocimiento profundo y extenso de su público. Como ha demostrado la creación de APE, pese a estar inicialmente muy fragmentados su capacidad de reunirse para responder a una amenaza común es muy grande. Un espacio comunicativamente pequeño como es el catalán limita mucho el negocio, pero presenta una barrera de entrada natural para todo aquel que inicialmente no trabaje en ese idioma. Ser pocos en términos absolutos puede ser una fortaleza.

Oportunidades: Cuentan con una ventana de oportunidad que suele darse en contadas ocasiones y es el espacio que queda entre lo viejo que no acaba de morir y lo nuevo que no acaba de nacer. Este espacio todavía no ha sido cubierto del todo por los grandes grupos y puede que consigan mantener una cuota importante o incluso encontrar la manera de convivir con ellos y seguir formando parte de las soluciones que tanto las escuelas como las familias necesitan.

¿Qué haría yo?

En la relación con un cliente toda empresa debe procurar formar parte de las soluciones, no de los problemas, y mucho menos mostrarse altiva, antipática y suficiente, combinación que lleva a perder clientes de manera irreversible. Un cliente puede volver si se le convence que el puntual mal servicio que motivó su marcha ha quedado atrás, pero nunca volverá si su marcha fue motivada por el desprecio. Si esto se cumple con una sola empresa, todavía es más cierto cuando hablamos de un colectivo, tan fácil de estigmatizar con cualquier excusa.

Autores y editores corren el riesgo de perder el capital social ganado hasta el día de hoy; enarbolar los servicios prestados no lo va a impedir, porque convierte una relación con valor añadido cívico y cultural en una simple transacción comercial. Creo que no es eso lo que buscan.

Hasta ahora he estado criticando desde la barrera, una posición cómoda y un poco desleal. Aquí voy a proponer una forma alternativa de afrontar los problemas de autores y editores bajo un enfoque comercial y de mejora de la eficiencia, que es el que considero correcto y que se basa en el concepto de coopetición: cooperación+competición (o concurrencia), cooperando en aquello que mejore la eficiencia del sector y compitiendo en aquellos nichos coincidentes, bajo una nueva forma de pensar:

Proactividad: autores y editores deben pasar de una mentalidad pasiva, acostumbrada a trabajar con unas condiciones impuestas que llegan a su fin, a crear unas nuevas condiciones que les beneficien. Como comentaba anteriormente, hay que formar parte de las soluciones adaptándose a las necesidades de alumnos, familias, escuelas e instituciones, no al revés. Sin este cambio de mentalidad el resto no tiene ningún sentido y no hay cambio de mentalidad posible sin renunciar al lobby clásico, al pataleo y al consabido qué hay de lo mío, con el que han empezado a afrontar la situación. El cambio de mentalidad también pasa por dejar de pensar como escribientes y fabricantes de libros y pasar a considerarse prestadores de servicios culturales y educativos, porque es lo que están haciendo los grandes grupos.

Cooperación: la reacción de la plataforma APE demuestra que, llegado el caso, son capaces de ponerse de acuerdo con relativa facilidad. Como ya he dicho en otros artículos, al libro de papel le queda todavía un gran potencial de eficiencia. La única forma de ganar mayor eficiencia pasa por acuerdos entre las diversas editoriales especializadas que les permitan ganar escala y poder de negociación con proveedores mientras, en la vertiente comercial, editoriales con catálogos complementarios realizan campañas conjuntas. El objetivo final es mejorar el margen operativo y aumentar la facturación, de forma que mejore la rentabilidad, se ofrezca el mismo producto a un precio más bajo, o una combinación de ambas. El beneficio para los autores sería indirecto y vendría por el aumento en las ventas. No se trata de un proceso fácil, pero la alternativa es sombría.

Digitalización: la escuela es uno de los entornos en los que actualmente más se impulsa la digitalización. Iniciativas como Aula Planetacon el ejemplo que Manuel Gil mencionaba en su blog– dejan muy claro que el objetivo de los grandes grupos es copar completamente este sector. El verdadero problema para los autores y editores del libro infantil y juvenil es ese, no la socialización. Si no reaccionan con prontitud, innovación y flexibilidad a este intento de convertir las escuelas en jardines vallados, su lamento no vendrá por el descenso de ventas, sino por su completa desaparición.

Marketing: por incómodo que resulte, el libro es un producto y el problema de autores y editores es también un problema de disminución de ventas y facturación. Una de las respuestas debe provenir del marketing. Es absurdo que los editores paguen a sus autores –muchos los hacen- para ir a dar charlas a las escuelas; las giras por las escuelas deberían estar incluidas en las labores de promoción de sus libros. Tener un acceso tan fácil a prescriptores –maestros- y a usuarios –alumnos- debe ser más valorado y mucho mejor aprovechado. Los eventos deberían incluir también a las familias, que son las compradoras.

Gama: una solución comercial es también una solución de desarrollo de producto. Sería recomendable que autores y editores concibieran sus libros como parte de una gama de productos alrededor de los cuales ofrecer un servicio y, a la vez, diversificar las ventas. Eso no es nada nuevo y lleva lustros inventado, pero aplicado a los libros socializados implicaría el desarrollo de distintos productos alrededor de ellos. De este modo se ofrecería a las familias la posibilidad de reforzar la experiencia educativa con material complementario que, en cualquier caso, sería de libre adquisición, aunque nadie quita a las AMPA la opción de adquirir dicho material para la escuela. Los productos a desarrollar pueden ser diversos: desde otros títulos, a software y juguetes educativos basados en el mismo concepto que el libro original, por no hablar del impulso del fanfictionentre los escolares, etc.

La respuesta debe ser comercial, no institucional

En cualquier caso la respuesta al problema de autores y editores debe ser comercial, intentando que aquello que las escuelas no compren puedan comprarlo las familias. Como ya se dijo en el anterior capítulo, muchas de ellas tampoco pasan por un buen momento, pero puestas a adquirir un número limitado de material educativo de refuerzo, pueden ser más sensibles a lo que ya conocen en la escuela –sea lo que sea- que a algo que no conocen. Y en ese aspecto orientar la oferta editorial como un servicio y ampliar la gama de producto parece una buena alternativa. Por otro lado y aunque ahora no nos lo parezca, la crisis llegará tarde o temprano a su fin –sea el que sea- y debemos suponer que el consumo mejorará. Eso debería pillar a los autores y editores de libros infantiles y juveniles con la reconversión hecha.

Por doloroso que resulte, el mercado del libro infantil y juvenil ha encogido. Eso significa que no van a sobrevivir –comercialmente hablando- ni todos los autores ni todas las editoriales. Algunos se quedarán por el camino, pero aquellos que apuesten por luchar deben hacerlo bajo un nuevo espíritu de coopetición: cooperando en aquello que sea bueno para mejorar la eficiencia del sector, compitiendo en aquellos nichos en los que las respectivas ofertas sean coincidentes. Se juegan su existencia: los grandes grupos no van a detenerse y las administraciones públicas no pueden ayudarles.

Posted by Bernat Ruiz Domènech

Editor

7 Comments

  1. Amigo verba volant, scripta manent,

    Lo confieso, suelo leer tus textos a ver que nueva manifestación mental aportas al ya cargado universo del cual provengo.

    Referente a las consideraciones en relación a la APE. Me tocan en primera persona ya que soy parte de ese grupo, lobby si te gusta más (me apasiona pensar que soy parte de algo parecido a Barcenas, o Isidre Fainé, nobles manifestantes de algunos lobbys un poquito más importantes). Podría trabajar este texto siguiendo tu estilo, es decir, coger tus tres artículos, comentar con precisión quirúrgica cada parte, desmenuzarlo rebatirlo o aceptarlo; aportar datos suplementarios y links a modo de complemento pedagógico ya que podría caer en la tentación de pensar que el lector lo necesita. Podría. Pero no tengo ni tiempo ni ganas. Diré que has utilizado en tus tres artículos 31685 caracteres para triturar y posteriormente emitir la formula filosofal que sacará al recién nacido lobby de la queja, la miseria económica y la ignorancia.
    Pero, si bien coincido en varios puntos que comentas, te equivocas en muchos otros. Y te equivocas porque ignoras.
    Ante todo quiero aclarar que no escribo en nombre de la APE ya que no me toca ni tengo potestad. No tengo ningún derecho a opinar por el colectivo sin, previamente, consultarlo. Este texto que escribo es exclusivamente opinión propia.

    El colectivo de autores, en este caso de literatura infantil y juvenil es, como cualquier manifestación de personas que generan un producto dentro del mercado denominado cultura, de creación de contenidos, un colectivo complicado de aglutinar. Prueba de ello es que nunca hemos logrado ponernos de acuerdo en crear un sindicato o algo parecido que nos aglutine como forma jurídica. Y es complicado porque el oficio conlleva soledad que, en mi opinión, afecta el hecho social. Encontrarás dentro de los autores gente áspera, generosa, psicótica, tímida, brillante, mediocre, autista, egoísta, y tantos y tantos adjetivos como se te ocurran. Por ello juntarnos no es fácil, dialogar menos y llegar a un acuerdo, una tarea descomunal. El manifiesto que destrozas y desmenuzas con aria precisión es producto imperfecto, pero es un esfuerzo considerable de personas que, por circunstancias largas de explicar y tan variadas como autores conformamos el lobby, logramos hacer una asamblea y hablar del tema. Esto, si no voy equivocado, no ha pasado en años. No hables de que nos ha sido fácil ponernos de acuerdo porque no tienes la más remota idea de lo que es un choque de autores con egos e historias diferentes. Probablemente, el manifiesto es un acuerdo de mínimos en un tema muy discutible como lo es la socialización; algo para poder comenzar a pensar como colectivo. Aquí va un ejemplo de lo difícil que resulta coincidir: es complicado hablar entre nosotros si partimos de la base que somos iguales, autores que trabajan y tienen un fondo de obra de más de 25 años y recién llegados. Lo digo porque la ilusión es diferente y las concesiones a la industria también. A esta altura, publicar o ver un libro mío en el mercado, hablar y firmar un contrato, no es lo mismo que cuando, 27 años atrás, publiqué por primera vez. Les hubiera regalado un órgano en ese entonces a la editorial puesto que solo quería publicar, satisfacer el ego y chulear luego con la familia al respecto. Ya no. En la APE tenemos que convivir los que empiezan y los que están hace rato. Como dije antes, no es fácil.

    Hablas de víctimas, quejas y subvenciones. Tengo una lista larga de palabras que detesto por diversos motivos, tanto estéticos como por la tribu que se llena la boca con ellas (emprendedor, sinergía, ecológico son algunas de las palabras que me irritan), las tres palabras que, si no recuerdo mal citas también, son parte del catálogo. No soy víctima ni me quejo. Soy un proletario del lápiz y entiendo, como diría Durruti, que la única fuerza que tengo es mi trabajo.

    En cuanto a las subvenciones citaré una charla. Ayer asistí a la inauguración de La Impossible, pequeña librería que está en el Eixample de Barcelona. Supongo que también estabas allí apoyando al librero independiente (más o menos suicida) que cree que abrir una librería es viable pero, como había mucha gente y no te conozco personalmente, no te vi. Charlaba, como decía antes, junto a tres de los que considero mejores editores del mercado. Me refiero a los responsables de Libros del Asteroide, Nórdica e Impedimenta. Hablamos del estado de las cosas y, como era de esperar, salió el problema de las subvenciones. Todos ellos las niegan por considerar que si algo merma la materia gris es la dichosa palabra subvención. A mi, como autor, me pasa lo mismo. Si la APE logra el acceso al resarcimiento de las víctimas mediante subvenciónes me daría de baja automáticamente. Parte del estado de parálisis en que nos encontramos se debe a la cultura de la subvención y el esperar que, luego de la protesta, ésta llegue de papá estado. Como ves, también ignoras que algunos autores piensan igual que tú. No generalices cuando desconoces.

    ¿Autores en peligro de extinción es una sigla victimista? Me sorprende que alguien que al escribir llena de sentido del humor sus ideas, no entienda el sentido del humor de los osos pandas. ¿Por que no te da gracia como a mi tus humoradas, la nuestra? No soy víctima, me río. Pero veo que el humor viene cuando nos conviene. Me sorprende que gente del medio que entrevistamos para saber su opinión en relación a lo que nos une, haya reído ante las siglas y tu no. Ellos eran más serios a priori. Creo que deberíamos ver más a los hermanos Marx todos.

    Y por último tus propuestas. ¡Gracias por iluminarnos a los que no sabemos pensar! ¿De verdad crees que no hemos pensado propuestas? De verdad crees que TODO lo que has encontrado referente a nosotros es TODO lo que hemos pensado al respecto? ¿Por que partes de la premisa que necesitamos ser iluminados, aclarados de ejemplos y modelos económicos innovadores e ingeniosos? Crees que no ha habido debates incluso a tono particular con editores, libreros, comerciales y responsables de la digitalización de contenidos? ¿Realmente crees que esperamos a que la subvención, léase papá estado, pare el tren antes de llegar a las duchas? ¡Cuanto ignoras, Verba Volant!
    ¡Quantum liberum scriptum! (exactamente 6575 caracteres de propuestas). Gracias nuevamente.

    Creo que a esta altura nadie niega que el problema de la industria es grande y, como el pulpo, tiene muchas patas. Una es la socialización (para mi una pata pequeña). Los autores no podemos contra el GRAN CAMBIO, es decir, el cambio de paradigma que vivimos. No estamos preparados, como no lo estás tú, ni nadie, a un cambio de modelo en el que nacimos y se mantuvo desde hace milenios. La escritura se funde hacia otra cosa, es decir, hacia el nuevo modelo audiovisual, diferente al obsoleto del siglo XX. El Modelo Audiovisual Total aún nos es desconocido porque la ingeniería continua trabajando en ello, evolucionando. No muy lejano es el momento en que un antiguo libro será simplemente un contenido que puedas piratear e incrustar en tu cerebro sin necesidad de soporte alguno. Y te aseguro que en la UPF de Barcelona ya trabajan en modelos que plantean la ingeniería biológica al respecto. Simplemente nos adaptamos, aprendemos y, si hay suerte, inventamos. Al fin y al cabo los humanos lo hacemos desde tiempos inmemoriales puesto que la adaptación es la gran virtud que tiene la raza.

    Como podrás imaginar, los autores contemplamos más de una pata de este pulpo enorme. Algunas corresponden en responsabilidad a otros estamentos de la industria y nos es complicado llegar. Pienso, por ejemplo, en la decisión editorial de abandonar en buena parte la librería por un modelo de venta empotrada al libro de texto.
    Pero esta acción que acometemos, la de hablar de la socialización del libro, es un pequeño movimiento que los osos pandas podemos intentar asumir. ¿Salir victoriosos? Personalmente no lo creo, pero lo intento; porque me gusta pensar que, a veces, los autores nos podemos articular en algo, obligarnos a pensar en un solo tema y dar a luz ideas y maneras de trabajar al respecto. Estamos trabajando pero lleva tiempo y, poner de acuerdo a aproximadamente 100 osos pandas, es arduo.¡Piensa que los osos pandas duermen mucho ya que el bambú tiene pocas proteínas!

    Capítulo estadísticas. Veo que te gustan las estadísticas. Es bastante complicado llegar a hablar de porcentajes en relación a la socialización ya que es difícil medir el tema. Además, hay muchas maneras de socializar: prestar libros, comprar cuatro títulos, dejar en el colegio tres y regalar uno al niño, dejar todos los títulos en el colegio… No todas las escuelas que socializan socializan de la misma manera y allí vuelve a comenzar el debate moral…
    Lo que está claro es que lo notan las editoriales en las ventas y lo notamos nosotros en los derechos. También lo complicado es separar los motivos (no solo la socialización es la responsable del todo, evidentemente). Pero socializar es uno de los motivos.

    Terminando este desordenado exabrupto, comentarte que ya puestos a elegir animal en peligro de extinción me quedaría con la ballena azul. Es aparatosa pero alimenta la imaginación en su melancólico derrotero oceánico. El oso panda se extingue, entre otras cosas, porque su órgano genital masculino se ha reducido tanto a nivel genético que tiene poco éxito en la cópula. Hablando en plata, el imbécil la tiene muy pequeña y se extingue. Los autores aun no hemos llegado a tanto, créeme.

    Un abrazo y gracias por tantos caracteres!

    Agustín Comotto

  2. Hola Agustín,

    Gracias por escribir no un comentario, sino un artículo entero. Coincido contigo en más de un aspecto (aunque no en todos, obviamente) y eso, por contradictorio que resulte, complementa pero no niega mis tres artículos. Si no te parece mal -y creo que si te lo parece, es ya tarde para impedirlo- publicaré tu comentario como un artículo de autor invitado. Más tarde, escribiré una respuesta matizando más de un aspecto. Has hablado de temas que yo sólo he tratado superficialmente por una cuestión de espacio (y eso que me ha salido algo más largo que un día sin pan) y has dado un enfoque interesante al asunto.

    Gracias una vez más por el tiempo dedicado y hasta muy pronto,

    Bernat Ruiz

    1. Hola Bernat,
      Por supuesto puedes incluirlo. Honrado me siento. También estoy de acuerdo en que no niego. Simplemente discrepo en algunas formas. De todas maneras, ya me vale con la construcción de ideas, cosa que cada día se hace menos. Sigo tu blog porque aporta y me hace reflexionar.
      Un saludo,

      Agustín.

  3. Querido Bernat, te he respondido en mi blog. La respuesta era demasiado larga para incluirla aquí. Si no te parece bien que haya utilizado tu texto borro la entrada y tan amigos. Un beso. Anna

    http://mansoorganixeixon.blogspot.com.es/2013/07/h2-margin-bottom-0.html

    1. Hola Anna,

      No hay problema en usar mi texto, al contrario, está para eso. Obviamente, yo haré lo propio.

      Un abrazo y hasta pronto,

      Bernat

  4. […] ← La socialización del libro infantil y juvenil en Catalunya (3): una respuesta proactiva […]

  5. […] la réplica que Anna Manso hizo de mis artículos sobre Autors en Perill d’Extinció (1, 2 y 3). También será la última, pese a que mi idea inicial fue responder, en tres artículos, a las […]

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