Versió 2

Somos cada vez más los que afirmamos que el sector del libro en España necesita una profunda reconversión. Los problemas son de carácter estructural, eran anteriores a la crisis y no se solucionarán con la recuperación económica; los mil millones de euros que el mercado español del libro ha perdido en ocho años no volverán –acaso sólo unos pocos– y ciertas exuberancias pertenecen al pasado.

Los días 29 y 30 del pasado marzo se celebró la primera edición del Congreso Intersectorial del Libro que contó con la asistencia de unos 80 participantes. El congreso, promovido por la Asociación de Editores de Madrid, el Gremio de Libreros de Madrid, la Federación de Asociaciones Nacionales de Distribuidores de Ediciones (FANDE) y la Cámara del Libro de Madrid, se organizó alrededor de cinco grupos de trabajo:

  • Repensando la cadena de valor: ¿cómo construir una nueva red de valor intersectorial?
  • Herramientas para el estímulo de la cooperación y la coordinación.
  • Nuevas competencias profesionales: un nuevo perfil para un nuevo ecosistema.
  • ¿Qué gremios queremos? Desarrollo de estrategias para la cooperación.
  • La alianza intergremial como instrumento de reivindicación del espacio público.

También contó con cuatro breves e interesantes charlas a cargo de Juergen Boos, Director de la Frankfurter Buchmesse; Guillaume Husson, Delegado general del Syndicat de la Librairie Française; Oren J. Teicher, Consejero Delegado de la American Booksellers Association / Indiebound; y Tim Godfray, Consejero Delegado de The Booksellers Association of the UK & Ireland.

El método de trabajo empleado se conoce como Design Thinking y es muy adecuado para coordinar equipos heterogéneos y poco cohesionados; la mayoría de los participantes no se conocía y resultó ser una buena herramienta. Para ciertos temas muy complejos como los tratados en la mesa en la que participé –Repensando la cadena de valor– o bien el Design Thinking muestra sus limitaciones o bien dos días es muy poco tiempo para completar el proceso. La sensación general fue muy buena y creo que las conclusiones de los cinco grupos son un buen punto de partida para un trabajo que, teóricamente, debe prolongarse durante todo un año.

Incertidumbre y resistencia

La reconversión del libro en España se enfrenta a dos grandes amenazas: la incertidumbre y la resistencia, las mismas amenazas que acechan al congreso y sus ulteriores trabajos. La incertidumbre es inevitable en un momento en el que todo cambia rápidamente; no sería un problema insalvable sin la resistencia recalcitrante de aquellos ambientes en los que todavía no se ha comprendido la naturaleza de dichos cambios. Me sorprendió la breve aparición, al inicio del congreso, del presidente de la Federación de Gremios de Editores de España que el pasado noviembre, en la presentación de ‘La lectura en España, Informe 2017’ escribió (pág. 10):

[…]. Y los agoreros, que pronosticaban el fin inmediato de la edición en papel hace ya una década, a estas alturas han quedado como aquellos predicadores del fin del mundo a los que se les va pasando una fecha y otra y otra.

Tiene razón Daniel Fernández, muchos nos equivocamos adelantando el fin de la edición en papel; lo que no parece haber comprendido todavía el presidente de la FGEE es que eso fue lo único en lo que nos equivocamos y que, más allá del papel, pronosticábamos una serie de cambios que sí han sucedido: el mercado analógico se ha contraído, la rentabilidad se ha deteriorado, las tiradas medias han bajado, los procesos están cambiando, la competencia por la atención se ha recrudecido, nichos de negocio enteros se han digitalizado reduciendo drásticamente el perímetro de la industria –enciclopedias, diccionarios, guías, cursos, manuales– mientras en otros el libro digital es ya mayoritario o no tardará mucho en serlo, como en los libros de texto; los autores autopublicados han crecido exponencialmente y ocupan un porcentaje cada vez más apreciable del volumen total de negocio. También acertamos en otro aspecto clave: instituciones como la que él preside han sido baluartes de resistencia e inadaptación, minaretes desde los que disuadir y asustar todos los profesionales del libro que han podido. Por eso nos reunimos en el I Congreso, por eso era Intersectorial, por eso era dedicado al Libro. Por eso era abierto.

¿Podrán las instituciones impulsoras del congreso aceptar las líneas de trabajo apuntadas por los cinco grupos? Espero que sí; no me cabe duda que sus presidentes lo harán pero puede que sus respectivas juntas no lo tengan tan claro. Tampoco confío demasiado en que la FGEE acepte abrir ciertos debates y mucho menos determinadas líneas de trabajo y conclusiones; sin ellos, es decir, sin los grandes grupos, podemos hacer muchas elucubraciones pero será casi imposible llevarlas a buen término. Ya empezamos a tener experiencia en eso.

No quiero ponerme cenizo; es el momento de creer y trabajar en una buena idea, en un buen proyecto, de agradecer a Rosalina Díaz Valcárcel, a Reyes Díaz-Iglesias y a José Manuel Anta que hayan promovido el congreso, a Joaquín Rodríguez por su atinada dirección y a todos los participantes por intentarlo. Ni somos demasiado pocos, ni es demasiado tarde.

No se pierdan la crónica de Manuel Gil: https://antinomiaslibro.wordpress.com/2017/04/03/juntos-mas-fuertes-mas-grandes/

Otro documento interesante, esta vez de Albert Pérez Novell: http://blog.globalbook.info/propuesta-i-congreso-intersectorial-del-libro-madrid-una-nueva-red-valor-cole-michael-porter/

 

FIRMA 150

Posted by Bernat Ruiz Domènech

Editor