Koro Castellano no sabe que Gran Bretaña está en Europa

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Amazon discrimina a sus clientes según su lugar de residencia, no según su historial de compra. Ya lo demostré en su momento en este artículo. Pueden hacer lo que les plazca, pueden justificarlo como quieran, están en su derecho y a sus clientes españoles sólo nos asiste el derecho al pataleo y el cambio de proveedor. Pero lo que no es de recibo es que nos tomen por tontos.

Koro Castellano, directora de Kindle en España, suspendió geografía en la extinta Educación General Básica, la volvió a suspender en el Bachillerato, desconozco si cursó algo parecido en la Universidad, pero en cualquier caso, a día de hoy, ignora que Gran Bretaña forma parte de Europa, no sólo de la Europa política –la Unión Europea- sino también de la geográfica, esa que limita al oeste con el Atlántico, al este con los Urales, al norte con el Océano Ártico y al sur con el Mediterráneo. Hace un par de días, en una entrevista para elcultural.es, la señora Castellano dijo esto:

P.- Koro, ayer recibí un correo de Amazon en el que me sugerían que comprara ya si quería recibir antes de Navidad y me dije “vaya, podré regalar uno de los celebrados paperwhite”. Pero al entrar en su web comprobé que no los envían hasta finales de enero. ¿Por qué?

R.- Pues porque vendimos tantos que nos hemos quedado sin ellos. Es cierto que en Estados Unidos tenemos pero en Europa nos quedamos sin stock. Hemos vendido muchísimos.

¿Recuerdan que en Gran Bretaña, tal como comenté hace un par de semanas, te mandaban el Kindle Paperwhite a tiempo para Navidad? Pues según Koro Castellano eso no es Europa. Para ella, Gran Bretaña debe ser el quincuagésimo segundo estado de la Unión, pero no la europea, sino la de Estados Unidos de América. Daniel Arjona -el entrevistador- se traga el sapo sin rechistar. Ella dice lo que le da la gana porque él no hace los deberes. Al medio en cuestión lo llaman El Cultural; él parece ser periodista. Pues vale. Pues bueno. Bonita entrevista-masaje.

Amazon España está empezando a mostrar costumbres tan hispánicas y telefónicas como el desprecio a los clientes, tratándolos como ciudadanos de segunda y como menores de edad a quienes mentir sin complejos ni remordimientos. El Cultural muestra, desgraciadamente, lo que ya es habitual en el periodismo convencional hispánico: servilismo ignorante, pereza intelectual, pleitesía al grande. Fabuloso.