BOMB

– Imagen: © IWM (MH 26395) – This item is available to share and reuseunder the terms of the IWM Non Commercial Licence. –

No es lo mismo contar historias que contar la Historia. Incluso en la novela histórica disponer de una nutrida y fiable documentación es casi tan importante como armar una buena trama. Por eso, tanto la Historia, como otros géneros de ensayo, pueden beneficiarse mucho de herramientas y fórmulas narrativas no lineales como Bomb Sight.

Bomb Sight es una de esas aplicaciones culturales que son la delicia de los aficionados a la Historia, como es mi caso. La idea es muy simple pero, a la vez, muy poderosa. Tal como dicen en su web (traducción propia):

El proyecto Bomb Sight muestra el censo y ubicación de las bombas caídas en Londres entre el 7 de Octubre de 1940 y el 6 de Junio de 1941 al inicio de la Segunda Guerra Mundial [Nota: entre Julio de 1940 y Junio de 1941 tiene lugar lo que se conoce como La Batalla de Inglaterra]. Hasta ahora únicamente disponible en la Sala de Lectura en The National Archives, Bomb Sight se pone a disposición de los ciudadanos, investigadores, académicos y estudiantes. Ellos serán capaces de explorar donde cayeron las bombas y descubrir recuerdos y fotografías de la época.

Parece una tontería, ¿verdad? Marcamos con un puntito rojo cada lugar donde cayó una bomba, y poco más. En realidad es mucho más que eso porque bajo cada bomba y a su alrededor hay una historia. Si clicamos sobre cada uno de los puntos se despliega una ventana que nos informa del tipo de bomba (alto explosivo, incendiaria o mina lanzada en paracaídas), la dirección actual exacta y un enlace para obtener más información sobre la zona afectada. Dicha información es diversa: desde documentos de la época a fotografías de las zonas bombardeadas, de los dispositivos de defensa, etc.

La aplicación también permite navegar en el tiempo: por un lado facilita relacionar el Londres de 1940-41 con el actual gracias a la superposición, por capas, de un mapa de incidentes de bombardeo (bomb incidents) de la época, junto con un mapa y una fotografía satelital actuales, pero también porque permite visualizaciones de los lugares bombardeados en tres escalas temporales:

  • La primera noche de bombardeos. Nos informa de las bombas caídas durante las 24 horas del 7 de Octubre de 1940. Mediante un gráfico de barras se indican las bombas caídas cada hora. Por ejemplo, de las 18:00 a las 19:00 horas cayó la mayor parte de las bombas de aquel día, con un total de 305.
  • La primera semana. Como el gráfico anterior, pero en vez de horas se señalan los siete días de la semana y el total de bombas de cada día.
  • El total agregado entre 1940 y 1941. En este caso no hay gráfico de apoyo, pero el número de puntos rojos sobre el mapa de Londres es suficientemente elocuente.

El mapa también indica aquellas estructuras defensivas de las cuales queda constancia; las llama Anti-invasion Sites y tanto pueden ser bunkers, bases de cañones antiaéreos o puestos defensivos del Ejército Británico.

La información puede parecer demasiado esquemática. Precisamente la bondad de esta herramienta no está en narrar, sino en servir de marco documental para construir la narración. Al no ser lineal permite engarzar miles de historias, desde las más generales –por qué Hitler decidió bombardear Londres, la situación política y militar del momento, etc.- hasta las más detalladas: cómo sufrían los vecinos de determinada calle la pérdida de sus seres queridos y otros dramas personales. Pueden crearse narraciones a partir de la herramienta, o bien puede enriquecerse cualquier narración con el apoyo de Bomb Sight.

Una sólida iniciativa pública

Bomb Sight está patrocinado por la Universidad de Portsmouth, The National Archives y por el Joint Information Systems Committee (JISC). No es una iniciativa aislada, es uno de los frutos del JISC’s Content Programme 2011-13. En palabras del propio JISC (traducción propia):

Con una inversión total de alrededor de 5,4 millones de Libras [algo más de 6,7 millones de euros], el JISC Content Programme 2011-13 apoya la creación innovadora, la incorporación y la agrupación de los contenidos digitales a través de proyectos muy variados, desde el archivo de moda Zandra Rhodes, el desarrollo de modelos 3D de fósiles y esqueletos, hasta los mapas del bombardeo de Londres de la Segunda Guerra Mundial.

Es una inversión cultural de base, una inversión en fuentes de conocimiento, algo en lo que la industria de contenidos raramente entrará. En cambio el sector privado, los creadores de contenidos y la ciudadanía en general se beneficiarán de este tipo de herramientas. ¿Quién está detrás del JISC? Algunas de las principales instituciones educativas del Reino Unido, como el Higher Education Funding Council for England, el Scottish Funding Council, el Higher Education Funding Council for Wales, el Gobierno de Gales, y el Department for Employment and Learning del Gobierno británico.

Hay un detalle que nos ayudará a entender la anchura de miras del equipo que está coordinando todo esto. Bombsight significa, en inglés, visor de bombardeo. El visor de bombardeo es el aparato óptico que los tripulantes de los bombarderos usaban en la Segunda Guerra Mundial para calcular con toda la precisión posible el momento y el lugar de lanzar las bombas. En el caso del Londres de 1940-41, dichos tripulantes sólo podían ser alemanes. Es irónicamente cierto: Bomb Sight es una aplicación con un punto de vista único, el de los bombarderos alemanes enemigos que sembraron de muerte la ciudad. Podrían haber elegido cualquier otro nombre pero han optado por una cruda, elocuente y acertada ironía; además, la silueta del avión del logotipo no es otro que el Heinkel He 111, uno de los aparatos más usados por los alemanes para bombardear Londres. Las bombas no cayeron porque sí, no fueron un fenómeno meteorológico; de ese modo la herramienta narrativa abre el foco desde su misma denominación hacia El Otro, el antiguo enemigo.

Bomb Sight no es mejor por ser una buena herramienta. Es mejor por su acertado y abierto planteamiento, por acercar la historia reciente a todo el público, porque significa apostar por las herramientas culturales de base –sí, la Historia en los países desarrollados es una pieza fundamental de la cultura- que permiten que la sociedad las aproveche ampliamente, con o sin ánimo de lucro. Bomb Sight es un ejemplo de buen uso de recursos públicos y una lección de por qué España está, todavía, tan lejos de países con la tradición cultural de Gran Bretaña.

Posted by Bernat Ruiz Domènech

Editor