DELEITE

Las entrevistas de sauna y masaje tienen un pase y su elocuencia las desarma. Las hagiografías por encargo ponen en evidencia a los pelotas profesionales y suelen derivar en joyas del humor involuntario y vergüenza ajena. Pero lo que hace El País con sus Entrevistas Digitales va algo más allá. Hoy se han superado. De la sauna, el masaje y la hagiografía han pasado a la entrevista-bukkake más descarada.

Aviso a mojigatos: quien no sepa qué es el bukkake –entendido en su acepción lúdica moderna, no la humillante originaria- debe leer esta entrada de Wikipedia. Quien siga leyendo lo hace bajo su responsabilidad; luego no quiero quejas –las discrepancias argumentadas, vehemencia incluida, siempre serán bienvenidas.

Bueno, al lío. Salvo honrosas excepciones el periodismo cultural de este país es al periodismo lo que la música militar es a la música: hay piezas excepcionales y de gran belleza pero normalmente sólo sirven para marcar el paso. Son eficaces dando a conocer a ciertos creadores y a sus obras; el criterio puede ser tan discutible como lícito, como lícito es también que un regimiento marque el paso. Cada ramo tiene su comportamiento característico.

Hoy El País ha invitado a los internautas –condescendiente y añeja palabra- a que entrevistaran a la editora de Babelia, Berna González Harbour. Como era de esperar, las preguntas de tan moderado colectivo han sido entre neutras y elogiosas. Las respuestas de la periodista han transitado entre la suficiencia y la condescendencia. Cuando le preguntan si Hay independencia a la hora de valorar los libros de editoriales del grupo de El País ella responde:

La independencia es absoluta. Independientemente de que Santillana haya vendido Alfaguara y otras editoriales recientemente a Penguin Random House, debo decir que la sospecha de favoritismo que algunos han divulgado es una gran leyenda urbana. Cualquier análisis objetivo de nuestra cobertura cultural muestra que los mejores autores, sean de la editorial que sean, están en igualdad de condiciones para Babelia y EL PAÍS.

Ajá, una gran leyenda urbana. Ahora veamos qué dijo el jefe de esta periodista en la Junta General de Accionistas de PRISA:

La cooperación entre dicha empresa [Penguin Random House] y la nuestra a la hora de reclutar los mejores creadores y difundir sus productos quedará garantizada mediante un acuerdo de colaboración que garantice a los autores la mejor cobertura mediática posible.

Y ahora veamos qué sucedería si cambiáramos algunas palabras:

La cooperación entre dicho partido político y nuestra empresa a la hora de reclutar los mejores candidatos y difundir sus propuestas quedará garantizada mediante un acuerdo de colaboración que garantice a los candidatos la mejor cobertura mediática posible.

Se liaría un buen pifostio, ¿no?

Cualquier análisis objetivo de la cobertura de Babelia y de cómo El País ha tratado a algunos de sus críticos pondrá, por decirlo suavemente, en una situación comprometida al suplemento cultural. Que PRISA simule independencia forma parte del paisaje. Que sus directivos y periodistas la reivindiquen es comprensible. Pero montar una entrevista en su propia casa para que un montón de –¿filtrados? ¿seleccionados?- incautos cubran de gloria a la editora del suplemento cultural más importante de España es un acto tan torpe y estúpido como ignorante a no ser que su necesidad de reconocimiento y atención sea mayor que su capacidad para percibir la realidad.

Cuando ya casi todos los lectores habían descargado su admiración sobre el suplemento y su editora, el último va y se descuelga con esto:

Mis felicidades por Margen de Error y Verano en Rojo, dos obras que compatibilizan hechos sociales reales y actuales con la ficción policiaca. ¿Está preparando ya otra novela?

A lo que Berna González Harbour, dándose cuenta quizás que se estaba poniendo toda perdida de admiración, le suelta:

Gracias, Miguel Ángel. Por razones obvias tendré siempre separada esa faceta y por ello no te responderé aquí. Mis libros, lógicamente, no estarán en Babelia. Pero muchas gracias.

Casualmente esta ha sido su última respuesta. De repente le ha dado por separar facetas y darse una ducha de realidad. Por razones obvias.

Ciertos actos de adoración no deberían salir del ámbito privado si uno no quiere formar parte de los grandes hitos de la pornografía periodística cultural de este país. Hoy, Berna González Harbour ha entrado a formar parte de un dudoso estrellato.

Nota: Supe de la entrevista a la editora de Babelia por un artículo en Patrulla de Salvación. Parte de los recursos usados aquí –algunos enlaces- ha sido extraído de dicho artículo. No se pierdan su hilo de comentarios.

Posted by Bernat Ruiz Domènech

Editor