Si hay algo que me revienta es el interés disfrazado de altruismo. Entiendo y defiendo cualquier acción que implique el mutuo y justo provecho; es encomiable que alguien ceda una parte de algo que le pertenece para un buen fin. Lo que hace Penguin Random House con las librerías no es eso y plantea un gran problema. Lo que hace demuestra que la distribución de libros, en España, es muy disfuncional. También demuestra el subterráneo nivel del periodismo cultural, pero esa noticia ya nos la sabemos.

El diario El País ha explicado que “Penguin Random House llevará sus libros a casa de quien los compre en las librerías”. Ha explicado esto porque esto es lo que ha entendido. PRH ha señalado la luna y el periodista ha mirado el dedo. No sabemos qué periodista ha mirado ese dedo porque el artículo va sin firma.

¿Qué dice, en realidad, el comunicado de PRH? Entre otras cosas que se pueden leer aquí, dice lo siguiente:

Cuando un cliente solicite un ejemplar de un título del que la librería no tenga stock, bastará con que esta curse un pedido a través del sistema dropshipping de la editorial, indicando como punto de entrega el domicilio de su cliente. PRHGE preparará el paquete en su nombre, lo entregará en la dirección especificada y enviará acuse de la entrega a la librería. Se trata, por tanto, de una venta realizada por la librería en la que PRHGE actuará como proveedor de un servicio logístico de entrega. El objetivo es que ningún librero le falte stock y se vea abocado a perder una venta.

El equipo de comunicación del gran grupo editorial ha sido muy cuco y ha titulado el comunicado “Penguin Random House Grupo Editorial apoya a las librerías poniendo en marcha dos importantes iniciativas”. El periodista de El País se ha tragado cebo, anzuelo, sedal, caña, carrete, guante y ha puesto de su parte para llevar al gran grupo al cielo de los editores. El equipo de comunicación ha dicho “mira qué buenos somos” y el periodista ha sobreinterpretado, porque lo único que hace PRH es suplir el desabastecimiento de sus propios libros en el caso de que un librero QUE SIGA VENDIENDO LIBROS se quede sin existencias del catálogo de Penguin Random House.

Si el librero ha cerrado y no vende libros, o los vende con entrega cuando vuelva a abrir, no se beneficia de una medida pensada para que los libros de PRH no dejen de salir de sus almacenes. Es una buena idea, es una decisión de negocio muy inteligente, pero no es altruista. PRH ayuda a las librerías ayudándose solo a sí misma. A eso puedo llamarlo externalidad positiva, pero no le está haciendo un favor a nadie. Si, además, tenemos en cuenta el número de librerías que han cesado del todo su actividad, los posibles beneficiarios de esta buena idea serán muy pocos. PRH dice que:

Más de 200 librerías en España venden sus libros de manera online en este momento y muchas de ellas pueden encontrarse a través del portal todostuslibros.com. PRHGE ha habilitado un botón de compra directo a esta web desde megustaleer.com para acercar las librerías a los lectores.

No voy a desconfiar de la cifra de más de 200 librerías con venta on-line —me constan unas cuantas con ese servicio en modo “paga ahora y recoge luego” que no cuentan para esto que propone PRH— pero en España hay unos 3.600 puntos de venta de libros.

Hasta aquí un uso eficiente y creativo de los medios de distribución de un gran grupo y una gestión inteligente de su equipo de comunicación. A partir de aquí entramos en el terreno de la mala fe. Otra de las medidas anunciada por el grupo en el mismo comunicado es la siguiente:

Por otro lado, a partir de mañana 8 de abril, PRHGE comenzará a vender libros físicos de su catálogo a través de su página web megustaleer.com. El 10% del importe de estas ventas irá destinado a un fondo que se convertirá en cupones de 10€

En el mes de julio, PRHGE sorteará estos cupones entre las personas que hayan adquirido algún libro en el portal del grupo editorial. Una vez abiertas las librerías, los ganadores podrán canjearlo en la compra de un libro de cualquier editorial. Los cupones serán válidos hasta el 30 de septiembre de 2020. Con esta iniciativa PRHGE quiere incentivar el regreso de los lectores a las librerías este verano, una vez haya terminado el estado de alarma y estas recuperen su actividad normal.

Un librero se lleva alrededor del 30% del PVP de cada libro vendido. Si Penguin Random House destina el 10% de cada venta directa en su tienda a un fondo para un sorteo para repartir cupones en el mes de julio, se está quedando con un 20% del PVP del que habitualmente no dispone. No es necesario que les cuente el poder que tiene PRH para dirigir a los consumidores a su tienda. Han creado un banner y un hashtag que resumen el desbarre:

Además de quedarse con un 20% adicional dicen que el envío será gratuito para compras superiores a los 15€. Añadiendo cinismo al insulto, ni siquiera van a usar el margen que ganan para ofrecer el envío gratuito a todos los lectores. Estos señores quieren ganar siempre. Eso, como actitud, siempre suele ser un problema.

¡Ah! 

El gran problema de la distribución en España

Hay un titular en medios que me hubiera gustado leer hace días o semanas. También me hubiera gustado recibir un email de mi distribuidor con el siguiente asunto:

Los distribuidores españoles se ponen de acuerdo para evitar el desabastecimiento de las tiendas on-line de los libreros.

De todos, sea cual sea su tamaño, y para cualquier libro, sea cual sea su editor. Ni hemos visto ese titular ni los editores hemos recibido ese e-mail. Mi distribuidor no es muy grande y no tiene el poder de propiciar —ni de proponer— ese tipo de acuerdos. El problema, como siempre, está más arriba.

Luego está la cuestión, en la que ahora no entraré a fondo, de si es ético o humanamente justificable mantener abiertos centros de trabajo para asegurar la distribución de libros y mandar mensajeros a repartirlos, exponiéndolos a enfermar por un producto que, por mucho amor que le tengamos, no es de primera necesidad. Sea como sea, o todos tirios, o todos troyanos: si es legal vender y repartir libros de papel en el actual estado de confinamiento y/o alarma, el sector debe trabajar para todos. Su inacción demuestra su falta de equidad. Con el Día del Libro a la vista, todo esto es más grave todavía.

Penguin Random House demuestra que la distribución de libros, en España, la controla una mano invisible llamada desidia, el laissez faire, el laisser passer. Ni siquiera en la crisis más grave que el sector ha tenido que afrontar hasta ahora han sido los distribuidores capaces de ponerse de acuerdo en esto. Ni los distribuidores ni, por supuesto, los grandes editores. Ojo, todo es muy legal, incluso legítimo con las reglas del juego en la mano. También es legítimo, sobre todo urgente, preguntarse para qué sirven las entidades que forman FEDECALI. La decisión del Ministerio de Cultura los ha dejado con el culo al aire, y eso que sus posaderas llevan mucho tiempo bien ventiladas.

Posted by Bernat Ruiz Domènech

Editor

One Comment

  1. Acertadísimo artículo. Gracias

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