La Patrulla de Salvación se rinde. En su lugar nos recomiendan el Diario Kafka, la nueva sección de cultura –para entendernos- de eldiario.es. La Patrulla se va con aires de deserción. El Diario Kafka llega con el aire ya cargado. Todo esto empieza a aburrir…

La despedida de la Patrulla es decepcionante. Especialmente lo es el tono de jijí-jajá del artículo, no por el tono en sí, sino por cerrar abruptamente un blog que había puesto a caldo a lo mejorcito de la literatura y parte de la edición ocultándose bajo un personaje, que no pseudónimo. Nunca me importó que fueran personajes quienes hablaran, cada cual hace lo que quiere con su identidad; lo que no me parece bien es cerrar sin desvelar quién o quienes había tras el tinglado.

Cuando abrí este blog lo hice bajo pseudónimo. Al ver el tono que tomaban algunos de mis artículos me di cuenta que debía firmar con mi nombre y apellidos porque aquellos de quien hablaba tenían –tienen- el derecho a la defensa. Aún así, entiendo que escribir un blog bajo pseudónimo puede ser lícito mientras se pedalea, mientras está en marcha y se es capaz de hacer funcionar el invento. Una vez terminado, el actor debe desmaquillarse para que lo vean tal cual. Y eso no ha sucedido. Un triste cierre en falso para un blog que hasta su penúltimo artículo mostró conocimiento, garra y desparpajo. Una lástima.

Diario Kafka

La Sargento Margaret cierra el cuartel recomendando la lectura de la nueva sección de cultura de eldiario.es. Cita el siguiente párrafo de su presentación:

Diario Kafka no es la sección de cultura que esperas encontrar. Es la resistencia. Resistencia a la actualidad manufacturada por el mercado cultural. Resistencia al marketing y a las notas de prensa. Resistencia a la tendencia dominante.

Qué pereza.

A estas alturas de la crisis de la edición yo ya no espero encontrar nada, lo que espero es que me propongan algo. Algo interesante y con contenido, claro.

Lo de la resistencia cultural ya cansa. No hay que resistir, hay que proponer mediante las herramientas de participación a nuestro alcance. La palabra resistencia me remite al ciclostil. A la caspa. Al blanco y negro.

El Diario Kafka forma parte de la actualidad manufacturada por el mercado cultural que dicen combatir. Ellos son el mercado cultural, están en él. Disfrazarse de contraculturales desde un medio de masas no cuela.

La crítica al marketing y a las notas de prensa es de risa porque el texto de presentación del Diario Kafka es un claro ejemplo de marketing contracultural, de referentes alternativos trillados, de la retórica anti sistema tan gastada y tan del gusto de los rebeldes sin causa y sin excusa.

La presentación deprime pero el resto se pone peor. En el deslavazado Diario Kafka –no parece reinar mucho orden en la exposición de sus contenidos- destaca un editorial. Se titula El mundo de la cultura reclama una Editora Nacional. Lo copio y pego entero porque, afortunadamente, es corto:

Figuras destacadas del mundo cultural se han dirigido a DK para hacer manifiesta la necesidad de una nueva Editora Nacional, que se ha vuelto urgente ante el proceso de concentración en la industria editorial. Se trataría de una empresa pública dedicada a la edición de obras clásicas de nuestra lengua que no gocen de una demanda tan amplia como para interesar al sector privado. Las ediciones, siempre críticas, estarían a cargo de reconocidos especialistas y, dado el carácter de servicio público sin ánimo de lucro, se comercializarían en edición rústica a precios muy baratos.

La antigua Editora Nacional fue una creación de la dictadura franquista, a partir de Ediciones Jerarquía y quizá esta sea la única razón concebible para que su desmantelamiento fuera una de las primeras medidas que tomó el primer Gobierno del PSOE. En su catálogo era posible encontrar desde diálogos renacentistas a colecciones de novela picaresca femenina y en general todos aquellos títulos que los intereses comerciales han hecho desaparecer del mercado.

Ya ven, es corto, cortito.

Figuras destacadas. Ya, claro. Deben haberlo dicho off the record, porque de lo contrario sus declaraciones aparecerían entrecomilladas con orgullo y un montón de medios del pérfido mercado cultural –en los que tanto personaje moja el pan- no tardarían en ventilarlo. Si una figura destacada –sea lo que sea eso- me suelta algo epatante, lo publico en mi blog y cito la fuente, a no ser que implícita o explícitamente deje claro que debo respetar su anonimato. Tampoco sabemos si las figuras se han dirigido juntas, por separado, por escrito, por teléfono, si han llegado en metro o en autobús. Ni siquiera sabemos a dónde se han dirigido.

Si el planteamiento del artículo es de risa, la propuesta ya es de miedo. En DK proponen la creación de un mandarinato cultural público que vele por la publicación de obras que, supuestamente, no interesan a casi nadie. Lástima que lo que ellos piden ya esté inventado y se llame subvención pública. Veamos lo que dice el punto 5.2 de la Resolución de 18 de junio de 2012, de la Secretaría de Estado de Cultura, por la que se convocan subvenciones, en régimen de concurrencia competitiva, para la edición de libros:

2. Asimismo, los proyectos editoriales deberán cumplir los siguientes requisitos:

a) […]

b) Ser la edición de una obra inédita, o bien de una obra cuya última edición date de más de 15 años, en la lengua que se propone publicar. […].

c) Adecuarse a una de las siguientes categorías:

Obras de referencia y consulta (enciclopedias, diccionarios, libros de historia, bibliografías, etc.).

Obras de pensamiento en disciplinas humanísticas o científicas.

Obras de ficción.

Obras de ficción de carácter infantil y juvenil.

Pues parece que todo lo propuesto por DK cabe holgadamente en estas subvenciones y en otras que promuevan Comunidades Autónomas y Ayuntamientos, con lo cual también se cumple su petición de creación del mandarinato; ¿o creen en DK que las subvenciones (sólo) se otorgan por enchufe? No: hay un comité formado por gente sesuda que decide qué se subvenciona. Si me asiste suficiente paciencia, en breve publicaré un artículo sobre el asunto.

Del miedo he pasado al pánico al leer que Las ediciones […] se comercializarían en edición rústica a precios muy baratos. Ni se les ha ocurrido que podrían distribuirse gratuitamente en formato digital. Pero claro, estas ediciones ya existen en digital, libres de derechos y muchas veces presentes en las colecciones que muchos e-readers incluyen gratuitamente. Aunque la calidad de algunas de estas ediciones deja mucho que desear, desmienten que hoy en día sea imposible encontrarlas, con lo que la urgencia urgentísima de una Editora Nacional se va diluyendo más y más.

Tanta tontería, cansa. Tanta ligereza, aburre. Tanto trasnochado con demasiado tiempo libre empieza a ser tóxico para el sector. Espero que el Diario Kafka pueda ofrecer algo mejor –algunos de sus colaboradores son muy capaces- pero el arranque es deprimente.

Posted by Bernat Ruiz Domènech

Editor

11 Comments

  1. Por fin un poco de lucidez.
    Un saludo.

    1. Eso es lo que he intentado aportar.

      Gracias!

      Bernat

  2. Hombre, eso de la “resistencia a la trendencia dominante” cuando los que escriben ahí (y mira que reitero mi admiración incondicional a Orejudo, por ejemplo), publican en Tusquets, en Planeta o en Mondadori, pues suena ridículo.

  3. Comentarios en dos partes:

    En cuanto a Diario Kafka (nada que añadir). Es más no creo que piense dedicarle mucho tiempo a seguir lo que hagan. No sólo es que me de repelús su arranque; me arrancaría las cejas, pelo a pelo, y eso me resultaría más útil y provechoso.

    La Patrulla: Ya leí allí el comentario que dejaste que es, básicamente, idéntico al que dejas aquí (lógico). Pero, a mi juicio, tratas de imponer tu criterio personal al resto. Yo firmo con mi nombre, en mi blog y en los ajenos: es mi decisión personal. Pero acepto, como tú dices que haces, que otras personas puedan emplear un seudónimo. Pero (y esto es lo que no comprendo) afirmas que, una vez cerrado el proyecto, deben quitarse las máscaras y desvelar sus identidades.

    ¿Por qué?

    ¿No debería ser, cada uno, el que decidiera lo que desea hacer, cómo y cuándo?

    Un saludo

    1. Hola Alberto,

      Como siempre, sutil y acertado. Entiendo lo que dices y en parte lo comparto. Todos somos libres de obrar como nos plazca. No deseo imponer nada a nadie, aunque mi estilo directo y a veces duro pueda llevar a esa conclusión. Nuestras acciones tienen consecuencias, y es a ellas a las que hago referencia cuando afirmo que, al menos al final, uno debería desvelar su identidad. Eso por varios motivos:

      – Si lo que uno dice es neutro y no se mete con nadie, uno puede llamarse como quiera. No es necesario respetar el derecho a la legítima defensa para el cual es imprecindible saber quién habla de ti.

      – Si yo tengo un blog en el que me dedico a criticar duramente a otros, puedo hacerlo bajo una máscara si considero, por ejemplo, que así puedo hacerlo con más libertad y escapar a presiones que podrian coartar mi libertad de expresión. Digamos que, en ese caso, en aras de la libertad de información protejo mi identidad.

      – Durante el tiempo que dura la legítima mascarada mis lectores pueden decidir otrogarme, libremente, el beneficio de veracidad a lo que diga. También pueden no hacerlo. Pero los criticados se quedan sin derecho a la defensa. Y eso es delicado.

      – Para restablecer, en algun momento, el derecho a la defensa, una vez se cierra el blog su autor debería salir a la luz, sólo asi estará en igualdad de condiciones con aquellos a quien critica y ellos, a su vez, podrán criticarle si lo desean. Se supone que si uno cierra el blog es que ya no es necesario protegerse de nada y siempre puede abrir otro diferente para seguir diciendo lo que le plazca. Obviamente hablamos de secretillos de andar por casa como los de la Patrulla, no de secretos de estado.

      Bueno, más o menos y de forma algo apresurada, esa es la idea.

      Gracias una vez más por dar tu opinión,

      Bernat

      1. No sé, tengo la sensación de que avanzamos por terrenos diferentes. Tus argumentos son legalistas (defensa de derechos), terreno que desconozco. Y dejar ese debate para los especialistas (los abogados), reduciría nuestra dimensión.

        Yo hablo de ideas, de opiniones. Y debo ser libre para poder expresarlas como yo elija. En caso de que cometa hechos denunciables, que lo hagan y que me persigan. Pero si el Estado se va a convertir en perseguidor de “opiniones disidentes”, estaríamos dando un peligroso paso atrás.

        Insisto: cada cual debe ser libre para elegir lo que hace y cómo hace (y los demás para juzgar si su actuación nos gusta, o no).

        Lo digo pensando en voz alta, ya sabes.

        Un saludo.

        1. Hola Alberto,

          De hecho hablamos de lo mismo; yo no hablo de leyes, sino de ciertos aspectos morales derivados del anonimato. Estoy de acuerdo contigo en que cada cual debe ser libre para expresar sus opiniones y debe hacerlo como quiera, eso no admite discusión. No hay leyes que deban terciar en ello.

          Yo critico el anonimato en ciertos casos, pero no para prohibirlo. Hay muchas cosas que pueden parecerme moralmente cuestionables, pero no intentaré prohibirlas porque no estoy en posesión de la Verdad, sólo defiendo mi pequeña versión de ella. Mi crítica no es censora por mucho que mi vehemencia pueda dar esa sensación.

          En mi opinión sólo debe prohibirse lo incluido en el Código Penal. Y puede que no todo.

          Hasta pronto!

          Bernat

  4. como lector y sobre todo, seguidor conceptual de la Patrulla, he leído su reflexión allí y picado a su redirección, lo que me ha traido acá… los criterios identitarios en internet son muy variados y sobre todo, respetables, algo que de antemano hago con el suyo… personalmente llevo mas de diez años apareciendo en el medio, siempre bajo un nick, si bien no he utilizado mas allá de tres nombres y sobre todo con uno de ellos, con relativa modestia creo que me he dotado de cierta personalidad en su ámbito de actuación… polemista y a veces muy ácido con algún ectoplasma atravesado en este inocuo juego de esgrima, no tengo la sensación de haber perjudicado a nadie en su identidad al otro lado del espejo… respecto a este, si apareciera con mis señas de bautizado, no se me conocería, perdiendo el poco crédito acumulado en estos años… al fin y al cabo mi nombre lo eligieron otros… mi nick es cosa mía

    desde otro punto de vista y dado el perverso fuego cruzado con el que se dirimen los asuntos editoriales en internet, que supongo afectan mas allá del orgullo letraherido de algunos de ustedes, es lógico que algunos contendientes reclamen la lucha a jeta descubierta… desde mi diletancia, eso es algo que no me afecta

    cordialmente

    PS… Diario Kafka es una puta mierda (creo que ejem… se me entiende)

    1. Hola Viruela,

      Precisamente por el encono que demuestran ciertos autores reclamaba yo que en algún momento sería necesario actuar a cara descubierta. Ahora vemos que lo de cerrar el blog no era cierto. No sé, para mí la Patrulla se está cargando su credibilidad (hay quien no se la concede) actuando de esta forma, confundiendo cada vez más la realidad, la ficción y la crítica.

      Gracias por tu comentario,

      Bernat

  5. Yo soy un simple lector sin conocimiento alguno del mundo editorial pero lo de la Editora Nacional también me pareció un poco chorras.

    Sobre todo, me llamó la atención esta frase “Se trataría de una empresa pública dedicada a la edición de obras clásicas de nuestra lengua que no gocen de una demanda tan amplia como para interesar al sector privado”. Y luego me llamó la atención también otra frase de Rafael Reig en uno de los comentarios a esa entrada “Como es obvio [la Editora Nacional] no competía con las privadas, no publicaba lo del bachillerato, el Lazarillo”.

    Acabo de hacer una búsqueda en Google y el Lazarillo está disponible para descargárselo en PDF, imagino que sin infringir ninguna ley de derechos de autor. Desconozco cómo será de rentable en la actualidad para una editorial tipo Cátedra seguir editando el Lazarillo.

    Lo que no explica el artículo de Diario Kafka es la urgencia de editar un ignoto diálogo del Renacimiento en edición rústica.

    A mí me gusta tu estilo directo y duro. Se ve que sabes de lo que hablas.

    1. Hola gon,

      El Lazarillo y un montón de clásicos están publicados en digital porque sus derechos vencieron hace mucho; quien quiera puede reeditar cualquiera de esas obras libremente, cobrando o no. Editar el Lazarillo puede ser muy rentable si uno se dirige al público que puede demandar más este tipo de clásicos, como el escolar. Los derechos no tienen coste, aunque sí lo tendrán las adaptaciones que el texto pueda necesitar. Y una misma edición puede estar a la venta durante muchos, muchos años.

      La urgencia de editar según qué cosas es imposible de argumentar sin usar el Canon Cultural Occidental, que dice que algo debe estar incluido porque una ristra de críticos llevan décadas o siglos diciéndolo.

      Gracias por tu comentario, celebro que te guste mi forma de escribir,

      Hasta pronto,

      Bernat

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