128 gramos, pantalla de tinta electrónica de 5 pulgadas, 8 niveles de gris, 800 x 600 píxeles de resolución, 4 GB de memoria, 3 pilas alcalinas AAA con una duración suficiente para leer entre 12 y 15 libros, conexión a smartphone via Bluetooth. 10 euros. No es un juguete. Es un e-reader.

El nuevo e-reader Beagle de la alemana ‘txtr demuestra que los buenos productos nacen de las buenas ideas. Más allá de ser un buen dispositivo, un buen producto debe ser capaz de adaptarse a su entorno tecnológico, comercial y de uso. Si también es capaz de crear un ecosistema propio o de adaptarse completamente al de otro, mejor. Si además es mucho más barato que todos sus competidores estamos ante un producto potencialmente disruptivo.

txtr ha llevado su e-reader hasta lo esencial. Si en el encabezamiento he resumido lo que ofrece este e-reader, ahora veremos sus más destacados defectos: No dispone de ningún tipo de conexión por cable, ni Wi-Fi, ni 3G, ni ranura para ninguna tarjeta SD. Su pantalla Vizplex de primera generación está obsoleta, es pequeña en comparación con las 6 pulgadas habituales y no es táctil.

¿Cómo es posible que ofreciendo unas prestaciones aparentes tan pobres el Beagle sea un buen producto? Pues porque el concepto que hay detrás es muy bueno y lo esencial lo hace muy bien.

Para leer un libro digital sólo necesito una pantalla de tinta electrónica pasable, un hardware aceptable y una buena solución de software. Un e-reader es eso. Luego está la cuestión de obtener los libros. Hasta ahora había –salvo excepciones- dos alternativas: una conexión 3G para bajarlos directamente de Internet mediante la aplicación al uso, o una conexión mediante Wi-Fi o cable USB para hacerlo gracias a la conexión de Internet casera que, en todo caso, suele tener a un PC como principal destinatario. El e-reader ha sido, hasta ahora, o bien totalmente independiente del ordenador, o bien totalmente dependiente.

Para acceder a contenidos el Beagle confía en un dispositivo cada vez más ubicuo: el smartphone. ¿Para qué necesito que mi e-reader acceda a Internet, a un ordenador o disponga de una ranura SD si con una sencilla conexión Bluetooth ya disfruto de la conectividad de mi teléfono móvil? Compro con el móvil, leo con el Beagle. El Beagle sólo es para leer.

Simplicidad, precio y la estrategia de ‘txtr

¿Está el precio del Beagle por debajo de su coste? Por supuesto. La intención de ‘txtr no es venderlo directamente al público, sino ofrecerlo a las operadoras de telefonía para que éstas lo vendan o, asumiendo su risible precio, decidan regalarlo a sus clientes. Lo que busca el fabricante alemán es rentabilizar su ecosistema de venta de libros electrónicos, pues el Beagle sería sólo uno más de los ingredientes del servicio que ofrecen a las operadoras de telefonía; éstas venderían libros a bajo el ecosistema privativo de ‘txtr, tan privativo como el de Amazon si uno accede a él mediante el móvil, y se llevarían una comisión. Recordemos que la Internet móvil sí puede tener puertas a diferencia de la Internet fija. Si hay quien dice que el Kindle de Amazon se vende por debajo del precio de coste con el objetivo de vender más libros, el caso del Beagle de sería mucho más extremo.

‘txtr simplifica en un momento en el que el resto de fabricantes de dispositivos luchan en una escalada de prestaciones que lleva a algunos e-readers a parecerse a tabletas de tinta electrónica, un nicho en el que ningún e-reader puede competir: una tableta puede hacer todo lo que hace un e-reader, pero no a la inversa. El Beagle confía en la creciente tendencia a consumir contenidos mediante el móvil: nadie que tenga un smartphone sale de casa sin él. Podemos salir de casa sin la tableta, sin el netbook, sin el portátil. Obviamente salimos sin el PC. Pero (casi) nunca salimos sin el móvil porque con él siempre estamos conectados ¿para qué queremos, entonces, una conexión más a gestionar, un coste más, un problema más?

El Beagle es simple. Simplifica en aquello prescindible, aprovechando la infraestructura y las prestaciones que otros ya han desarrollado y desplegado. Su uso parece ser de una facilidad pasmosa –lógico, a mínimas prestaciones, mínimas complicaciones- y basta con saber usar el propio móvil. La compra en la tienda de ‘txtr y su transferencia al Beagle mediante la aplicación Android también es muy sencilla. Su precio –o su gratuidad- lo hace atractivo para quien nunca hubiera pensado en comprarse un e-reader. Su diseño es agradable, dispone de diferentes colores que transmiten una imagen fresca y desenfadada. Una imagen fácil.

Con unas prestaciones modestas y una tecnología obsoleta, el Beagle es un buen producto, porque la idea que lo sustenta es muy buena. Que sea un éxito comercial ya es otra cosa, aunque a priori es un producto interesante para una operadora de telefonía y complementario del resto de sus servicios. Hacer esto no es ni muy caro, ni muy difícil. Lo que deberíamos preguntarnos es por qué una industria editorial como la española no es un campo propicio para el desarrollo de este tipo de iniciativas.

Una aproximación interesante al Beagle, de la mano de Juan Luis Chulilla: Txtr Beagle, interesante novedad en ereaders de coste bajo

Más información en la nota de prensa: http://corporate.txtr.com/about_us/#press_information

Más imágenes del ‘txtr Beagle en: http://corporate.txtr.com/photos/

Posted by Bernat Ruiz Domènech

Editor

5 Comments

  1. Ayer tuve uno en mis manos y además de ser super ligero se lee muy bien el texto, aunque parezca pequeño. Es muy portable y cómodo.

  2. Si hasta hace poco hablábamos de que los libros digitales deberían costar menos que los libros en papel, con Beagle nos encontramos con que también el lector cuesta menos que la mayor parte de las novedades en papel.
    Lo único negativo es que parece que se trata de un jardín cerrado, el de txtr, ya que parece que únicamente podemos pasar al dispositivo títulos desde la applicación txtr instalada en el smartphone y comprados en su tienda.
    La idea del Beagle en cualquier caso es excelente, espero que alguna empresa de telefonía se decida por una oferta razonable porque de verdad con este dispositivo la lectura digital está al alcance de todos los bolsillos.
    ¡Un saludo!

  3. Gràcies Bernat per tenir-mos al dia de la cacharreria,

    Yo destacaría de la lectura algunas cosas que me han llamado la atención:

    1.Entender el dispositivo como un elemento complementario dentro de una oferta de servicios más amplia. Servicio, no producto, vuelve a ser la palabra clave. Como dice Rifkin en “La era del acceso” la clave va a ser vender muchos servicios a un cliente, ya sea empresa o consumidor final.
    2.Parece que está de moda lo de intentar “ligar” al cliente a un ecosistma privativo. Lo entiendo desde una óptica empresarial pero espero que como usuarios podamos evitar que esta forma de proceder se generalice.
    3.Bernat, ¿Podrías extenderte un poco más en la afirmación “este tipo de iniciativas no encuentran un campo propicio en la industria editorial española”?. Creo que comentabas post atrás alguna iniciativa de movistar con e-readers…

    Salutacions!
    Antonio

  4. No hombre, ahi creo que te qeuivocas. Justamwre españa, donde se lee poquiiiiiisimo, es el sitio perfecto para vender este aparatito. A mi parecer este aparato para los grandes lectorws es un magnifico lector auxiliar para cuando hay pelgro de romperlo/perderlo (dejarselo a tus crios, llevarlo de vacaciones o a lanplaya) pero para quien va a ser la revelacion es para esos milloooooones de pwrsonas que leen una cantidad penosa de libros y que consideran que no amortizarian uno de 100euros.
    Es perfexto y para todos los publicos, ojala triunfe y haya tantos como moviles :p

  5. […] octubre de 2012 hablé de la aparición de un e-reader aparentemente disruptivo: 128 gramos, pantalla de tinta electrónica de 5 pulgadas, 8 niveles de gris, 800 x 600 píxeles de […]

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