Hace unos días supe por el blog de Actualidad Editorial de la aparición del presunto –y cito textualmente- I Premio de Narrativa Francisco Ayala en formato digital. Otros medios también lo recogieron con similar entusiasmo, como Granadahoy.com: El primer premio literario en formato digital llevará el nombre de Ayala. Pero no es cierto. El premio, a lo sumo, sólo es un poco digital.

La propia fundación Francisco Ayala, que promueve el premio, afirma impropiamente en un banner –el que ilustra este artículo- que se trata del primer premio en formato digital. También explica que la publicación de la obra premiada se realizará exclusivamente en formato digital gracias a la colaboración de Musa a las 9. El equívoco lo siembran la fundación y la editorial, esta última algo más atrevida en su web al decir que:

El premio de narrativa Francisco Ayala, impulsado por la obra social Caja Granada y la editorial Musa a las 9, y con la colaboración de la Fundación Francisco Ayala, es el primer premio que se distribuirá íntegramente en formato digital.

Empecemos por separar el grano de la paja: una cosa es un premio y otra muy distinta su publicación. Perogrullo dixit:

a/ Premio literario: convocatoria que invita a un número indeterminado de candidatos a presentar originales para su valoración sujeta a unas bases. En dichas bases se establecen unas condiciones mínimas de estricto cumplimiento, así como unos premios en metálico y/o en especie.

b/ Publicación de un premio: difusión pública de la obra premiada por el jurado de un premio literario. Normalmente el tipo de difusión se establece en las bases. Actualmente puede ser en papel, en digital o en ambos.

Es evidente que este premio no es el primero cuya obra premiada se difunde en digital, con lo cual no podemos otorgarle la primicia. El problema es que en sus bases tampoco hay nada que permita catalogarlo como primer premio digital. Para que así fuera, sus bases –es decir, su proceso- deberían determinar una serie de requisitos digitales que las obras hubieran de cumplir. Lo cierto es que la obra premiada podría ser publicada en papel sin ningún problema y sin pérdida de prestaciones.

¿Formato digital o proceso digital?

Que el formato de algo sea digital no implica que su proceso de gestación lo sea. Tal es el caso de la gran mayoría de editoriales que han empezado a editar libros digitales. Sus procesos de gestión se han informatizado –pero no digitalizado, el matiz es importante- del mismo modo que lo ha hecho cualquier proceso industrial o comercial, pero la gran asignatura pendiente está en la digitalización conceptual del proceso: que sea digital de inicio a fin. Un EPUB –o cualquier otro formato digital- debe ser concebido como tal desde el encargo al autor hasta la salida al mercado del libro.

Ahora mismo el proceso analógico informatizado ocupa el centro de la industria y el formato digital es un subproducto, una excrecencia; es también un coste añadido. Debemos darle la vuelta al calcetín, poniendo el proceso digital en el centro hasta el punto que el formato digital de salida sea lo de menos y dejando el formato papel como un accesorio, todavía necesario, sin duda, pero un complemento a extinguir. O el papel pasa a ser el coste añadido, o la reconversión industrial y comercial será imposible.

Este cambio de mentalidad debe plasmarse en las bases de los concursos. El I Premio de Narrativa Francisco Ayala va en esa dirección pero se queda en el formato. Barrunto que si han optado por publicar el premio sólo en digital ha sido por pragmáticos motivos económicos; son motivos tan buenos como cualquier otro, pero indican que seguimos a remolque del cambio de paradigma, no lo pilotamos.

Los premios literarios deben empezar a exigir –sí, digo bien, exigir- que los autores aporten valor añadido digital a sus obras, de esta manera las editoriales podrán experimentar con nuevas prestaciones de manera controlada y acotada. Premios, certámenes y ferias son buenos campos de pruebas en los que experimentar sin que un estropicio nos hunda la empresa. También son el mejor lugar para ponernos de acuerdo en qué queremos ser cuando seamos –digitalmente- mayores.

 

Posted by Bernat Ruiz Domènech

Editor

5 Comments

  1. […] livianas sin porvenir. Si bien, como dice Bernat Ruiz, hoy por hoy el libro digital es una excrecencia del producto analógico, el porvenir de la industria editorial pasa por comprender esta polisemia que nos muestra […]

  2. […] Como ha mostrado Bernat Ruíz en numerosas ocasiones la industria editorial, reticente al cambio, trata al libro electrónico como un mero subproducto del libro tradicional, una excrecencia. Los textos verdaderamente digitales tienen un enorme potencial aún por explorar, que va mucho […]

  3. […] livianas sin porvenir. Si bien, como dice Bernat Ruiz, hoy por hoy el libro digital es una excrecencia del producto analógico, el porvenir de la industria editorial pasa por comprender esta polisemia que nos muestra […]

  4. […] Como ha mostrado Bernat Ruíz en numerosas ocasiones la industria editorial, reticente al cambio, trata al libro electrónico como un mero subproducto del libro tradicional, una excrecencia. Los textos verdaderamente digitales tienen un enorme potencial aún por explorar, que va mucho […]

  5. […] centrado en la creación del libro impreso. Se podría hablar, como ha hecho Bernat Ruíz, del ebook como una excrecencia del proceso de papel, como un derivado que se produce al final de una serie de pasos que no tienen en cuenta el libro […]

Comments are closed.