Desde su nacimiento, los impulsores de la plataforma Libranda han hablado de ella como la punta de lanza de la distribución y venta del libro digital editado en España. Sus socios fundadores deberían asegurar a Libranda una abundante provisión de títulos, pero no es así.

¿Creen los propios impulsores de Libranda en su plataforma? ¿Se creen lo del libro digital? A la vista de ciertos datos, la respuesta debe ser un rotundo y decepcionante no en ambos casos. Primero veamos la siguiente tabla, extraída del informe Situación actual y perspectivas del libro digital en España II (página 21):

He tenido que releerla unas cuantas veces porque no la entendía. Bueno, creía no entender los datos, cuando en realidad están clarísimos. La conclusión que de ellos se extrae también es clara: ni creen en Libranda ni se creen lo del libro digital.

¿Cómo es posible que a enero de 2012 los impulsores de Libranda sólo hayan digitalizado, de media, un 2,2% de sus títulos a la venta? ¿Cómo es posible que a enero de 2012 el todopoderoso Grupo Planeta sólo haya digitalizado el 1,2% de sus títulos a la venta y otro gigante como Santillana sólo haya alcanzado el 2,2%?

¿Cómo es posible que, en comparación, editoriales mucho más pequeñas hayan digitalizado ya el 6,7% (Wolters Kluwer) y el 10,5% (Roca Editorial)? Se supone que para ellas el esfuerzo en digitalización es mucho más importante, pues el impacto total sobre la cifra de negocio es mucho mayor.

Para ponerlo en números absolutos: el total de títulos vivos (en papel) de las editoriales impulsoras a enero de 2012 era de 239.886; en esa misma fecha, sólo 5.241 habían sido digitalizados y transferidos a Libranda. Obviamente me niego a creer que esas editoriales digitalicen más libros y los vendan mediante otras plataformas, porque entonces además de lentos serían un hatajo de tarugos.

Afortunadamente, desde junio de 2011 otras editoriales presentes en Libranda han empezado a tirar del carro, por eso en enero ya había un total de 7.623 libros disponibles en la plataforma; el número sigue siendo ridículo, pero deja en muy mal lugar a los gigantes de la edición, no a los encomiables enanos que se lo están tomando más en serio. Afortunadamente hay vida fuera de Libranda, de otro modo sería imposible que Amazon, Todoebook o Grammata pudieran vender más de 30.000 libros en lengua castellana y unos miles más en otras lenguas españolas. Esta sencilla tabla es el retrato fiel del poco compromiso de las principales editoriales españolas con la digitalización.

 

Posted by Bernat Ruiz Domènech

Editor

8 Comments

  1. Tienes que pensar que el mayor obstáculo es que no tienen derechos para editar el libro electrónico de su fondo, ahora están empezando a dar los frutos los nuevos contratos de hace dos años que ya incluían esa posibilidad, y el ritmo se va incrementando paulatinamente. De hecho, hay editores medianos y pequeños que han parado su ritmo de producción electrónica totalmente, pero por razones económicas, los inversores y/o propietarios deciden dejar de invertir en algo que no da beneficios. Triste, pero está pasando.

    1. Hola Jaume,

      Lo he pensado; el problema es que eso tan sólo explicaría una parte muy pequeña del desbarajuste:

      – ¿Por qué hay tanta diferencia entre los nuevos títulos publicados y los nuevos títulos digitalizados? En el caso de Planeta, esa diferencia es de 2 a 1. Sería como decir que sólo digitaliza la mitad de sus novedades.

      – ¿Por qué Roca Editorial digitaliza el 10% de sus libros vivos y Planeta sólo el 1,2%? Dudo que los autores de Roca sean más enrollados y dadivosos, así en general. Con tal diferencia de magnitud no podemos hablar de un problema común a todas las editoriales. Ergo Roca hace algo mejor que Planeta con menos dinero. Con otras editoriales todavía más pequeñas pasa lo mismo.

      – ¿Están dispuestas las grandes editoriales a renunciar a parte del pastel para repartirlo con los autores cuando se trata de ediciones digitales? Lo dudo.

      La mayor parte de la solución al problema lo tienen las grandes editoriales, pero creo que no están dispuestas a cambiar sus márgenes. La digitalización tiene márgenes más reducidos con mayor participación del autor sobre los beneficios; no es excusa que las actuales estructuras corporativas no sostengan estos márgenes menguantes: al cliente eso le dará igual.

      Creo que dedicaré un post a hablar de todo esto. Gracias por dejar tu comentario!

      Bernat

      1. Es cierto que no conozco el caso concreto de planeta, si no a la “otra” grandísima de Barcelona. En algún caso, y eso pasó sobretodo los primeros meses de la salida de Libranda, tienen fondo digitalizado que no pueden vender (y han tenido que eliminar de Libranda algunos libros que llegaron a estar a la venta sin derechos). Es cierto que parte de ello es culpa de la falta de acuerdo con traductores, y que muchos agentes están reteniendo (para comercializar ellos directamente) los derechos, donde una parte importante de la responsabilidad viene por parte de los editores, o más concretamente de la FGEE que no para de meter miedo, vociferar sandeces y demás, cosa que imposibilita muchos movimientos y acercamientos.
        El tema más estructural es importante, porque es un freno a los cambios integrales que tienen que afrontar editores de todo tipo, y si los grandes no tiran del carro, los medianos lo tienen muy jodido (por ejemplo las declaraciones sobre el libro electrónico de Beatriz de Moura, que ha destrozado su editorial con la venta a Planeta…)
        En fin, que tendremos que ser los micro-editores los que cambiemos esto…

  2. […] Verba volant, scripta manent: ¿Cómo es posible que a enero de 2012 los impulsores de Libranda sólo hayan digitalizado, de media, un 2,2% de sus títulos a la venta? […]

  3. A mí también me gustaría ver un mayor esfuerzo en la digitalización de fondos, pero tampoco podemos hablar de la digitalización como de una obra social a la que se hubieran comprometido las editoriales. Estas solo están comprometidas con sus cuentas de resultados, y solo estas y el tiempo dirán si su actual actitud es sabia prudencia o miope inoperancia.

  4. Ademas de las dificultades en conseguir derechos, tengo la certeza de que la cifra de titulos en formato papel en catalogo no es cierta: hay miles de titulos descatalogados y otros miles de titulos con distintos formatos (tapa dura, bolsillo, edicion quiosco…) que en digital solo cuenta como uno. Por ultimo, hay infinidad de titulos cuya conversion a formato digital no es rentable por el coste que ello supone y por las reducidas ventas esperadas. En tiempo de crisis, se focaliza la inversion en aquello que tenga mas alcance comercial.

    1. Hola Mauricio,

      Es cierto, pero una vez más eso no justifica la gran diferencia. Sólo una minoría de titulos se imprime en diferentes formatos. Muchos sólo conocerán uno en su vida, incluyendo el afortunado caso en que sean reimpresos. En cuanto a los títulos de escasa rentabilidad en formato digital: menos rentables debieron ser en papel, sujetos a conceptos como devoluciones, agotamiento de existencias, deterioro físico de stocks, costes de almacenamiento y transporte, costes de reimpresión… que no padecen los libros digitales (aunque están sometidos a otros menos onerosos).

      No digo que se deban digitalizar TODOS los libros. Ya nos irá bien eliminar un montón de filfa acumulada. Pero de ahí a la miseria con la que contamos, va un paso muy grande.

      Gracias por pasar por aquí y dejar tu comentario!

      Bernat

  5. camaralibreria 4 junio, 2012 at 12:19

    Reblogged this on El blog de Librería Cámara and commented:
    Ummm por lo menos no se engañan a sí mismos, ya es un avance…

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