Hace tres años estuve valorando muy seriamente cursar un máster en edición, en concreto el Máster en Edición IDEC-Universitat Pompeu Fabra, uno de los más prestigiosos de España, Europa y América Latina. Era 2009 y decidí no hacerlo. Tampoco lo hice el siguiente, ni el año pasado. Tampoco lo haré este 2012.

A finales de invierno o principios de la primavera de 2010 asistí a una sesión informativa del Máster en Edición IDEC-Universitat Pompeu Fabra. Llegué a la sede de IDEC convencido de cursar el máster. Acudí a dicha sesión para ampliar información y conocer mejor los detalles del programa; mi intención también era formalizar la preinscripción ese mismo día. Durante la sesión empecé a dudar. Al terminar casi había tomado la decisión: no cursaría el Máster.

¿Por qué?

Hace tres años la digitalización era ya una realidad en ciernes que el sector tenía que empezar a tomarse muy en serio. Me decepcionó que el máster apenas le dedicara un 5% de su tiempo; pensé que necesitaban tiempo para virar un barco tan grande y tan cargado de estrellas –de eso hablaré más adelante- con lo que esperé al siguiente año. Me encontré con lo mismo. Y al siguiente. Casi igual. Este año han avanzado un poco, aunque el 90% del Máster, a juzgar por la información publicada en su web, sigue basándose en el papel. El grueso de los contenidos académicos dedicados al cambio de paradigma del libro se agrupan en el punto 6 del apartado Producción editorial, que consta de:

6. Nuevas tecnologías de la edición.

– La edición multimedia.

– La edición electrónica. El libro y la tecnología digital: PDF, lenguajes de etiquetas (SGML, DTD, HTML, XML), print on demand, impresión directa (CTP), control digital de derechos de la propiedad intelectual (DRM). Google y edición.

– Nuevos soportes: audiobook (CD, MP3/iPod), CDROM, Rocket eBook, PDA, Microsoft Reader, iLiad de iRex, Sony Reader y Amazon Kindle.

– Internet y edición. Formato digital, distintos soportes físicos: teléfono móvil, proyección virtual, e-ink book.

– Tecnologías audiovisuales al servicio de la comunicación e información editorial.

Tan sólo este apartado ya merecería un postgrado. No lo busquen, IDEC-UPF no lo ofrece. Pero es que el meollo de la cuestión, el segundo punto del apartado (La edición electrónica), no merece el exiguo espacio que se le ofrece. No es ese el único problema, es especialmente preocupante su contenido: entiendo que hablen del PDF, soy de los que piensa que todavía tiene su lugar y es un formato transicional al que la industria editorial no ha sacado todo el jugo posible –es ya tarde para ello. Me inquieta mucho más que no mencionen CSS. Que el EPUB ni esté, ni se le espere. Que AZW –el formato de Amazon Kindle, derivado de Mobipocket– brille por su ausencia. De hecho Amazon sólo aparece una vez en todo el programa y dentro, precisamente, del siguiente punto de este apartado. No acepto que alguien me diga que hablando de HTML y XML ya están hablando de todo esto. Las cosas por su nombre: si no se nombran correctamente, no se conocen correctamente: la falta de HTML5 y CSS3 es síntoma de no saber de qué hablan. Lo que demuestra que esto es un cajón de sastre es que dentro de este punto hayan arrumbado la impresión on-demand, junto con CTP y DRM. Sus equivalentes analógicos tienen apartados enteros repartidos en todo el programa.

El punto Nuevos soportes da miedo. Si no es suficientemente preocupante que mezclen un montón de cosas que poco tienen que ver –a no ser por el apelativo de “nuevos”- encontramos una fauna de monstruos tecnológicos extintos o en vías de extinción. Se alude al CD (sin comentarios…), al Microsoft Reader (a extinguir oficialmente en breve y extinto comercialmente desde hace años), al Rocket eBook (ni lo busquen, es un dinosaurio con pantalla LCD monocroma ¡de 1998!) y al iLiad de IREX (lo que pudo haber sido y nunca fue…). También mencionan al Sony Reader y al Amazon Kindle (menos mal), pero ni se asoman los Tagus, los Papyre, los Nook, los iPad y otros más que están de insoslayable actualidad. Si alguien objeta que esto es una clase de Historia no lo acepto: recuerdo que el director del máster dijo, durante la sesión de información a la que asistí, que allí no daban Historia, sino conocimientos actuales y aplicables. Lo recuerdo porque me gustó especialmente que lo dijera.

Llegamos a las estrellas antes mencionadas. La lista también es descorazonadora por dos motivos: por una parte hay muy pocos conocedores de la edición digital –no digo expertos porque todo esto es tan nuevo que todavía no puede haberlos- pero por otro lado está sobrecargado de cargos, Directores y Managers procedentes de la edición de papel. Lo que demuestra indirectamente es que el tono general del máster está condicionado por el éxito inevitablemente analógico de casi todos ellos. Muy pocos desmontarán el edificio que les ha sustentado y que han colaborado en construir. Es de esperar que, tal como hacen en otros lugares, se dediquen a pregonar el manido mantra que el papel y el digital convivirán mucho tiempo.

Parches y paradojas

En un ejemplo de parcheo de un modelo conscientemente obsoleto, quienes cursen el máster de edición podrán cursar gratuitamente un curso de 20 horas dedicado a la Edición 2.0. Tanto el temario como los profesionales implicados merecen la pequeña inversión, la lástima es que el curso sea tan breve y apresurado. Éste sí lo cursaré –si no me mandan al cuerno en el improbable caso que lean estas líneas, claro.

La paradoja es que cada año que pasa se acercan más a aquello que no querían hacer: impartir historia. Pronto casi ninguna editorial rentable operará sólo con papel. La gran mayoría se está digitalizando a marchas forzadas. Algunas ya sólo operan en digital, incluidas aquellas que ya han nacido en ese entorno y sin fondo de papel.

Profesionales formados en el paradigma analógico no faltan. Lo que le falta a la edición española es una extensa y profunda oferta formativa en edición 2.0, una oferta que contribuya a disipar dudas, a reciclar a los profesionales en activo y a formar a los nuevos. Sólo de ese modo podrá el sector reinventarse. No es necesario tirar toda la experiencia de papel por la borda, pero sí es muy necesario empezar a tender puentes serios entre lo analógico y lo digital en la edición.

Es incomprensible que uno de los mejores másters en edición de este país tarde tanto en adaptarse y siga dando tanta importancia al papel. Más todavía si tenemos en cuenta quien paga parte de la fiesta: lo más granado de la edición española. Deberían ser ellos los primeros interesados en disponer de trabajadores cualificados y de reciclar a los que ya poseen. Parece que no les interese lo más mínimo. O que no perciban la urgencia. O que ya les vaya bien que la situación se pudra. Ignoro la razón de su inmovilismo, pero la inacción en tiempos de cambio es muy peligrosa. Estaremos atentos al programa del año que viene.

Posted by Bernat Ruiz Domènech

Editor

9 Comments

  1. Hola Bernat,
    Si te animas será un placer tenerte como alumno en el Curso Libro 2.0. La nueva cadena de valor del libro.

    Saludos,
    Roger

    1. Gracias! Ya estoy apuntado!

      Hasta junio!

      Bernat

      1. ciosirventriquelme 15 mayo, 2012 at 18:02

        Bernat,
        estoy de acuerdo contigo en que el formato digital es importante pero es un formato que subsiste ahora mismo con el formato papel. Yo hice el Máster el año pasado y además de hacer unos amigos estupendos me sirvió para conocer el mundo editorial desde dentro. Me ha dado una experiencia similar a si me hubiera dedicado más tiempo a trabajar en el mundo editorial. Este Máster además no es nada cerrado sino que cada año se mejora y yo he podido ver que este año se dedica más espacio a la edición digital. Pero lo más importante es que el máster te da una visión amplia de que se publica ahora mismo en España, autores, como se promocionan, todos los agentes implicados, primero se centra en “que se publica” y después hay una segunda parte en que se habla del “como” y aquí entran los formatos.
        Yo de ti antes de hablar del Máster desde fuera lo haría para comprobar que el Máster es el sustrato para entender los distintos formatos. ¿De que sirve solo publicar digitalmente si no somos capaces de encontrar la vía para que llegue al público por la vía legal? ¿qué publicamos en digital? ¿hay autores digitales o todos son mixtos? Por eso que venga un Máster que te amplíe el horizonte de la edición nunca es malo, al contrario.
        Además el Máster tiene previstas prácticas en diferentes editoriales o en agencias literarias que también te dan un bagaje en la profesión.
        Te animo a que el próximo año lo hagas ¡además piensa que en el mundo de la edición casi todo es evolución! pero el Máster te da el sustrato para que la evolución no te lleve y te traiga

  2. No soy experto en el tema, pero estoy llevando una especialización en el Centro de Altos Estudios educativos de la Organización de Estados Iberoamericanos. Y, tengo la sensación que hay muchos aspectos que en el formato de la educación presencial lo dominamos y los ejercicios son propios casi elementales ¿Será que hay elementos que tendría que filtrar para asegurar la calidad de mi aprendizaje?

  3. Hola Bernat,
    hice este Máster en 2007-2008 y en ese momento (que parece casi una eternidad porque ya ha pasado casi un lustro) “el tema digital” era una novedad de la cual se hablaba como un reto “a futuro” casi sacado de una obra de Julio Verne. Y a lo que más llegamos fue a ver dos e-readers y poco más. Algunos conocidos han hecho el Máster en los últimos años y no ha cambiado el enfoque del mismo.

    Vale aclarar que este Máster en Edición se centra en la edición tradicional, en papel, de libros de literatura. Sobre la edición de libros de textos solo hubo dos clases, una sobre la edición de libros tipo catálogo de museos. Nada sobre edición técnica, menos sobre edición científica o la producción de diversas publicaciones en otra ramas de estudio. Por eso es un Máster sobre la edición de libros de literatura, y que no se espere más que esto. Y, como dices tú, de edición en papel.

    Personalmente, este Máster me aportó un espacio de sociabilización importante (no conocía a nadie en BCN) y he hecho un par de buenos amigos y cosechado buenos conocidos, además de acceder a profesionales que participan del sector editorial en esta ciudad y enterarme sobre el funcionamiento del sector editorial en España. Sin embargo, como ya provenía del sector, los contenidos eran familiares para mí y no fue mucho lo que el Máster pudo aportarme como extra; sí a quienes terminaron una carrera de grado y llegaron al Máster por el gusto a la lectura y los libros.

  4. Hola Bernat,

    Yo hice un máster en edición hace nueve años. En aquel momento opté por el postgrado que ofrecía PUBLISH (el del gremio de editores) y estuve contenta con el resultado: encontré trabajo en el sector editorial, lo que era mi principal objetivo al cursar el máster. Sin embargo, aprender lo que se dice aprender aprendí poco. Sí: algunos conceptos básicos, conocí algunos profesionales muy interesantes y otros menos… Pero poco más. Aunque como digo, no me arrepiento para nada de haberlo cursado ya que conseguí introducirme en lo que ahora es mi oficio. Más adelante, después de aprender “de verdad” sobre la edición trabajando en ello cada día (y hablo siempre de la edición en papel, porque es en lo que yo personalmente he trabajado), me interesé de nuevo por la formación y me parecieron muy interesantes los cursos que ofrecía la UOC. De esto hace ya unos tres o cuatro años pero ya entonces tenían dos cursos (postgrados o másters no estoy segura): uno sobre edición tradicional y otro sobre edición digital. Por mis conocimientos de entonces del oficio, el de edición tradicional me parecía verdaderamente interesante. Mucho más que el que yo ya había cursado. Y sobre todo me parecía que por ser a distancia habría menos de relaciones “sociales” y más de oficio en sí. Por extensión pienso que el de edición digital debía ser también bueno. No hice ninguno de esos cursos pero he hecho otros cursos de formación a distancia (un máster en la UAB, pequeños cursos de diversa temática y un curso de narrativa del Ateneu Barcelonès) y me parece el sistema más efectivo para aprender: poco más puedes hacer más que aplicarte y aprender. Así que creo que ese tipo de másters puede ser una buena alternativa.

    Un abrazo y muchas gracias por tu blog y por tus palabras siempre tan sinceras y directas a la llaga.

    Laura

  5. Hola a todos:

    Cursé el Máster en Edición de la Universidad de Salamanca y Santillana en el curso 2003-2004(opino que más de esta última empresa y menos de la Universidad que es la que oficialmente expedía el título como propio).

    Por esas fechas no se hablaba nada de digitalizar contenidos y ni mucho menos de las tecnologías afines ( xml, html, xhtml…), aunque sí se mencionaba de la impresión bajo demanda como lo más novedoso dentro del sector editorial, aspecto que sí tuvimos en cuenta algunos para planificar la producción de nuestros catálogos ficticios.

    Sólo Joaquín Rodríguez en las clases de su módulo habló de los cambios que iban a llegar y cómo los tenían que afrontar los editores, asumiendo nuevos retos y tareas. A la par nos mostró los primeros e-Readers (arqueología industrial) como testimonio de algo que estaba por llegar pero sin demonizar ni a los fabricantes ni a los contenidos, ideas contrarias a las propias del sector que por ese entonces maldecían todo aquello que oliera a digital.

    Al margen de estos comentarios sobre este máster en cuestión y a día de hoy interesado en los procesos productivos de contenidos digitales, soy de la opinión de que no existe formación al respecto (ni másteres ni cursos). Se habla mucho de xml y de tecnologías paralelas pero no hay formadores en estas áreas , aunque más de una empresa ha implementado vía desarrolladores informáticos soluciones tecnológicas para producir en multisoporte.

    Inclusive los cursos sobre edición digital, o mejor dicho sobre libro electrónico que imparten algunas academias no cubren las expectativas de muchos profesionales, pues se limitan a hablar de la cacharrería tecnológica, las soluciones que ofrecen el software de edición que todos conocemos y otros programas de andar por casa como Sigil y Calibre, más propios de trabajos caseros que de soluciones profesionales.

    Juan Carlos

  6. […] artículo Máster de Papel, en el que comentaba la poca adaptación del Máster en Edición IDEC – Universitat Pompeu Fabra […]

  7. Joan B. • A mi modo de ver, el comentario de Mariana y el post de Bernat en su blog ponen de manifiesto tres cuestiones: (a) la enorme distancia que, en muchos campos del saber, existe entre la universidad (ninguna en particular, sino como institución) y el conocimiento (en términos de I D i) que debe hacer capaces a las personas de interactuar creativa y eficazmente con su entorno. (b) La importancia que tiene la capacidad de cada uno/a para marcar sus propios retos/rutas de formación y aprendizaje, obviando la inoperancia (o obsolescencia) de los “paquetes formativos cerrados” que ofrece la “institución universitaria”. (c) La dificultad, dilemas e intereses múltiples del sector de la edición para entender y hacer frente al cambio rápido, convulso y sin piedad que ha impuesto la digitalización. Unos hacen como si la “cosa” no fuera con ellos, otros deseando que la tormenta pase pronto y vuelva el anticiclón y otros, como si todo se redujera a un simple cambio: libro papel por ebook … me temo que el área del terremoto será mucho más extensa.

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